Teoría de las inteligencias múltiples 
Es un modelo propuesto  por Howard Gardner en el que la inteligencia no es vista como algo  unitario, que agrupa diferentes capacidades específicas con distinto  nivel de generalidad, sino como un conjunto de inteligencias múltiples,  distintas e independientes. Gardner define la inteligencia como la  "capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos  en una o más culturas". 
Primero, amplía el campo de lo que es la  inteligencia y reconoce lo que se sabía intuitivamente: Que la  brillantez académica no lo es todo. A la hora de desenvolverse en la  vida no basta con tener un gran expediente académico. Hay gente de gran  capacidad intelectual pero incapaz de, por ejemplo, elegir ya bien a sus  amigos; por el contrario, hay gente menos brillante en el colegio que  triunfa en el mundo de los negocios o en su vida personal. Triunfar en  los negocios, o en los deportes, requiere ser inteligente, pero en cada  campo se utiliza un tipo de inteligencia distinto. No mejor ni peor,  pero sí distinto. Dicho de otro modo, Einstein no es más ni menos  inteligente que Michael Jordan, simplemente sus inteligencias pertenecen  a campos diferentes. 
Antecedesntes de las inteligencia multiple 
Se  ha avanzado mucho en las teorías sobre la inteligencia, pero no se  puede decir que se haya llegado a conclusiones de aceptación general. En  la última década del siglo XX se ha producido una multiplicación de las  “inteligencias” que ha revitalizado la discusión sobre el tema. En esta  ponencia se hace referencia a las aportaciones más relevantes que han  conducido a la génesis de las inteligencias múltiples y de la  inteligencia emocional, como uno de los fundamentos de la educación  emocional. La investigación sobre la inteligencia probablemente se  inicia con los estudios de Broca (1824-1880), que estuvo interesado en  medir el cráneo humano y sus características, y por otra parte descubrió  la localización del área del lenguaje en el cerebro. Al mismo tiempo,  Galton (1822-1911) bajo la influencia de Darwin, realizaba sus  investigaciones sobre los genios, donde aplicaba la campana de Gauss.  También en esta época Wundt (1832-1920) estudiaba los procesos mentales  mediante la introspección. En 1905, Binet (1857-1911) elabora el primer  test de inteligencia con objeto de identificar a los sujetos que podían  seguir una escolaridad ordinaria y distinguirlos de los que requerían  educación especial. En 1912, Stern introduce el término de CI  (Coeficiente 
Intelectual) que tendrá una gran aceptación y difusión.  
En  1908 se traduce el test de Binet- Simon al inglés; pero no empieza a  ser difundida hasta la versión de 1916, conocida como Stanford-Binet,  por realizarse la adaptación en la Universidad de Stanford, bajo la  dirección de L. Terman. Esta prueba fue utilizada en la Primera Guerra  Mundial para examinar a más de un millón de reclutas americanos, lo cual  contribuyó a su difusión y general conocimiento. Sucesivas revisiones  en 1937 y 1960, dotaron a este instrumento de una consistencia que lo  hizo mundialmente famoso; el concepto de CI pasó a ser conocido por el  gran público. Cattell (1860-1944) fue discípulo de Wundt y de Galton y  posteriormente difundió los tests de inteligencia por Estados Unidos  bajo la idea de que eran buenos predictores del rendimiento académico.  Más tarde, Spearman (1863-1945) y Thurstone (1887-1955) aplicaron el  análisis factorial al estudio de la inteligencia. Este último, a partir  del factor g extrajo siete habilidades mentales primarias (comprensión  verbal, fluidez verbal, capacidad para el cálculo, rapidez perceptiva,  representación espacial, memoria y razonamiento inductivo) que, en  cierta forma, se puede considerar como un antecedente remoto de las  inteligencias múltiples (IM) de Gardner (1983). Otro antecedente de las  IM es Guilford, que 
en 1950 presentó sus trabajos sobre  estructura de la inteligencia, que abrieron la puerta al estudio de la  creatividad y al pensamiento divergente. Muchos modelos posteriores se  han propuesto para describir el constructo de inteligencia y sus  factores. Entre ellos cabe destacar a los continuadores del enfoque  factorial-analítico, ya sean monistas (Jensen, Eysenck, Anderson) o  pluralistas (Horn, Ackerman); las teorías del aprendizaje (Schank, Snow,  Butterfiel, Brown, Campione, Perkins); las teorías del procesamiento de  la información (Carroll, Hunt, Stenberg, Shore, Dover); las teorías del  desarrollo cognitivo (Piaget, Arlin, Flavell, Case, Ziegler, Li), etc.  (Prieto y Ferrandiz, 2001: 15-38). La discusión sobre el constructo de  inteligencia sigue abierta. Aportaciones recientes se han referido a la  inteligencia académica, inteligencia práctica, inteligencia social,  inteligencias múltiples, inteligencia emocional, etc. La inteligencia  académica Se entiende por inteligencia académica lo que tradicionalmente  se ha entendido por inteligencia. Remite al clásico factor g, el cual  comprende aspectos relacionados con la memoria, habilidad analítica,  razonamiento abstracto, etc. (Sternberg, 1997). Durante todo el siglo XX  ha estado presente la discusión sobre el constructo inteligencia y lo  que se significa exactamente. Conviene insistir en que la importancia de  la inteligencia se debe en gran medida 
a los tests de  inteligencia, y que éstos fueron creados para predecir el éxito  académico. Es decir, inteligencia, tests y educación, han sido  referentes psicopedagógicos básicos durante el siglo XX. Desde esta  perspectiva, el factor g se fue desglosando en otros factores  susceptibles de ser medidos por los tests, los cuales han recibido  denominaciones como: factor numérico, razonamiento abstracto, habilidad  espacial, aptitud verbal, etc. La inteligencia práctica La inteligencia  práctica se entiende como la habilidad para resolver los problemas  prácticos de la vida para una mejor adaptación al contexto (Sternberg y  Grigorenko, 2000). Diversos términos se han utilizado para referirse a  la inteligencia práctica: inteligencia pragmática, inteligencia  cotidiana, solución de problemas prácticos, etc. Entre las habilidades  incluidas en la inteligencia práctica están: reconocimiento de los  problemas, definición del problema, localización de recursos para  solucionar problemas, representación mental del problema, formular  estrategias para la solución de problemas, gestionar la solución de  problemas y evaluar la solución de problemas. Sternberg y Grigorenko  (2000) argumentan como la inteligencia académica y la inteligencia  práctica siguen trayectorias distintas. La investigación demuestra que  la inteligencia práctica es distinta de la académica, pero  complementaria de ella. 
Ambas inteligencias tienen que ver con el  éxito en la vida cotidiana. Reconociendo este hecho, la investigación  sobre la inteligencia se está moviendo de un énfasis exclusivo en la  inteligencia académica a un énfasis más amplio que incluye ambos tipos  de inteligencia. La inteligencia social La inteligencia social se  refiere a un modelo de personalidad y comportamiento individual según el  cual la gente tiene un conocimiento de sí mismo y del mundo social en  que vive. Los individuos utilizan este conocimiento para manejar sus  emociones y conducir su comportamiento hacia metas propuestas (Zirkel,  2000).  
El constructo de inteligencia social incorpora elementos  de la psicología de la personalidad y de la psicología social. Se centra  en el individuo en su contexto social. Las raíces de la inteligencia  social están en Kelly, Rogers, Rotter y algunos representantes de la  psicología cognitiva (Bruner, Bandura). De la inteligencia social se  deriva la competencia social y las habilidades sociales. La competencia  social es un conjunto de habilidades que permiten la integración de  pensamientos, sentimientos y comportamientos para lograr relaciones  sociales satisfactorias y resultados valorados como positivos en un  contexto social y cultural. Esto incluye establecer y mantener  relaciones sociales positivas, abstenerse de 
amistades  perjudiciales, contribuir de forma colaborativa y constructiva al grupo  (de iguales, familia, escuela, trabajo, comunidad), adoptar  comportamientos de prevención y potenciadores de la salud, evitar  comportamientos de riesgo para sí mismo y para los demás, percepción de  claves sociales relevantes, anticipación realista de obstáculos  sociales, anticipación de las consecuencias del comportamiento para sí  mismo y para otros, generar soluciones efectivas en problemas sociales,  traducir decisiones sociales en comportamientos sociales efectivos, etc.  A todos nos gustaría pensar que somos socialmente competentes. Pero  ¿somos igualmente competentes con los niños, jóvenes, adultos o personas  mayores?, ¿somos igualmente competentes con las personas del mismo sexo  que con las del sexo contrario?, ¿somos igualmente competentes con los  amigos que con los desconocidos?, etc. La competencia social es una  constelación de pensamientos, sentimientos, habilidades y  comportamientos que varían de una situación a otra. La competencia  social se manifiesta en situaciones concretas. Nadie es socialmente  competente en todas las situaciones. La competencia social es importante  en múltiples situaciones: escuela, familia, trabajo, sociedad, etc. Por  ejemplo, en el mundo del trabajo, la competencia social es una de las  más demandadas por 
los empresarios, los cuales no están tan  interesados en saber lo que el candidato sabe, sino en lo que es capaz  de hacer; este saber hacer incluye trabajar con otras personas. El  desarrollo de la competencia social y de las habilidades sociales ya  tiene una larga tradición a partir de mediados de los años ochenta.  Buenos ejemplos de ello son los trabajos de Goldstein et al. (1989),  Monjas (1998), Paula Pérez (2000) y muchos otros. Para una panorámica  del estado de la cuestión, donde se revisa la efectividad de más de 700  programas véase Topping, Holmes y Bremmer (2000). Recientemente han  aparecido páginas web donde se ofrecen recursos (por ejemplo:  http://ericir.syr.edu) y enlaces con otras páginas. Habilidades sociales  e inteligencia emocional están muy interrelacionadas. En general se  considera que las habilidades sociales son un aspecto de la inteligencia  emocional (Salovey y Mayer, 1990, 1997; Goleman, 1995; Saarni, 2000).  Pero algunos prefieren mantener la distinción y utilizan expresiones  como competencia emocional y social, competencias socio-emocionales o  inteligencia social y emocional (Bar-On, 2000: 363). Trabajos recientes  (Goleman, 1999; Cherniss, 2000: 449) sugieren que las habilidades  sociales dependen en gran medida de la competencia emocional. Nosotros  asumimos esta perspectiva y por esto nos referiremos a la educación  emocional como concepto amplio, que 
incluye a la competencia social como uno de los aspectos importantes. 
La teoría de las inteligencias múltiples 
Howard  Gardner pone en cuestión el CI, que se ajusta a la "escuela uniforme" y  como alternativa propone la teoría de las inteligencias múltiples. H.  Gardner, de la Universidad de Harvard, realizó entre 1979 y 1983 un  estudio sobre la naturaleza del potencial humano y su realización, cuya  culminación fue la publicación de la obra Frames of mind. Esta obra tuvo  escaso eco en el mundo de la psicología, sin embargo provocó un gran  revuelo entre los profesionales de la educación. Diez años más tarde  publica Multiple intelligences. The theory in practice, cuya traducción  al castellano ve la luz en 1995. En esta obra se expone de manera  sistemática la teoría de las inteligencias múltiples, preguntas y  respuestas que han ido surgiendo a lo largo de estos diez años, la  educación de las inteligencias múltiples, su evaluación y lo que puede  ser la escuela del futuro, centrada en la atención a la diversidad. 
Gardner  (1995), en su teoría de las inteligencias múltiples, distingue siete  inteligencias: musical, cinético-corporal, lógico-matemática,  lingüística, espacial, interpersonal e intrapersonal. Posteriormente  Gardner (2001) añade dos más: inteligencia 
existencial e  inteligencia naturalista. La inteligencia naturalista se refiere a la  conciencia ecológica que permite la conservación del entorno; la  existencial es la que utilizamos cuando nos formulamos preguntas sobre  el sentido de la vida, el más allá, etc. Incluso sugiere la posibilidad  de otras inteligencias. De todas estas inteligencias, son la  inteligencia interpersonal y la intrapersonal las que nos interesan  particularmente, ya que son las que tienen que ver con la inteligencia  emocional. En cierta forma, la inteligencia emocional está formada por  estas dos inteligencias. En otro orden de cosas, la inteligencia  interpersonal tiende a coincidir con lo que otros autores han denominado  inteligencia social (Zirkel, 2000, Topping, Bremmer y Holmes, 2000;  Topping, Holmes y Bremmer, 2000; Cherniss, 2000, etc.). Mientras que la  inteligencia intrapersonal tiende a coincidir con la inteligencia  personal (Sternberg, 2000; Hedlund y Sternberg, 2000). 
Como dice  Gardner (1995: 30), "si podemos movilizar toda la gama de habilidades  humanas, no sólo las personas se sentirán más competentes y mejor  consigo mismas, sino que incluso es posible que también se sientan más  comprometidas y más capaces de colaborar con el resto de la comunidad  mundial en la consecución del bien general". Dicho de otra forma, 
movilizar todas las habilidades humanas puede contribuir a un mayor bienestar. 
4.5.2 Medicion de la inteligencia 
La inteligencia y su medicion 
Constantemente  y de forma casi “persistente”, el hombre ha deseado saber sobre métodos  de medición de la inteligencia, sin embargo, los psicólogos no se han  puesto deacuerdo a la hora de definirla (Sternberg, 1987; Davidoff,  1995). 
La facultad para comprender símbolos abstractos, la  habilidad para adaptarse a situaciones nuevas o la capacidad para el  conocimiento son algunas de ellas. Las teorías de la inteligencia, de un  modo conciso, se pueden resumir en tres enfoques: las teorías  biológicas, que consideran la inteligencia como la capacidad de  adaptación del organismo, las psicológicas que ponen el énfasis en las  capacidades de resolver problemas, de aprender y de relacionarse  socialmente y las teorías operativas, que sin entrar en el fondo de la  cuestión, se basan en la elaboración de pruebas de medición. 
Se  ha discutido también mucho sobre si la inteligencia es una capacidad o  función unitaria o la suma de varias independientes (Pinillos, 1991). En  la actualidad se reconoce que junto a un factor general de inteligencia  (denominado factor "g"), operan otros factores específicos de los  cuales se han llegado a definir más de 200. Agrupándolos en campos, nos  encontramos con factores de tipo verbal, numérico, espacial, de  inteligencia formal (razonamiento, deducción e inducción), memorístico,  perceptivo y psicomotor, además del pensamiento divergente o creativo y  la llamada inteligencia social. 
4.5.3. Factores que afectan el desarrollo intelectual 
Los factores del Desarrollo Intelectual 
Antes de abordar los factores que intervienen en el desarrollo  intelectual, habría que precisar qué se entiende por inteligencia, labor  difícil ya que no hay concordancia entre los psicólogos para definir el  término. 
Dejando de lado el debate sobre cuál es la definición  más precisa, se puede señalar en forma general que inteligencia es el  conjunto de aptitudes (aprendizajes, memoria, razonamiento, lenguaje,  etc.) que permite al ser humano adaptarse al mundo que le rodea y  solucionar sus problemas con eficacia, utilizando relaciones.  
En  general se pueden establecer dos factores generales para el Desarrollo  Intelectual: el biológico-hereritario y el ambiental. Diversas  investigaciones han establecido que si bien los dos son importantes, el  último es determinante, ya que puede permitir el incremento de las  capacidades intelectuales o reducirlas. Pero, alcanzar un ambiente  acorde para el Desarrollo Intelectual nos lleva a aspectos que van más  allá del campo de la Psicología y que implican un Desarrollo Humano  adecuado, en el que las personas cuenten con oportunidades para su  crecimiento. 
Abordemos primero el factor biológico-hereritario.  Diversos estudios en hermanos gemelos separados desde bebés concluyeron  que ellos tienden a obtener calificaciones de Coeficiente Intelectual  similar, lo que dejaría la posibilidad de que la inteligencia es  hereditaria. Sin embargo, estas investigaciones no son concluyentes al  no establecen 
si es resultado de una herencia de los padres o de desarrollo en ambientes similares a pesar de vivir con familias distintas. 
En  el aspecto biológico, habría que preguntarse si la forma del cerebro es  determinante para la formación de la inteligencia. De acuerdo a un  estudio elaborado por la Universidad de Ontario al cerebro de Albert  Einstein (Simón,  1999), se detectó que el área parietal inferior era un  15 por ciento más ancha que los cerebros analizados de 35 hombres y 50  mujeres. Además, no tenía surco en esa área, lo que hace especular que  la ausencia permitió un mayor número de conexiones entre las neuronas.  
¿Es  determinante el aspecto biológico?. En todos los casos no. Un programa  de estimulación temprana del Hospital de la Universidad de Pekín en  bebés que tuvieron problemas de circulación cerebral por asfixia parcial  durante su nacimiento, no solo permitió minimizar las deficiencias  mentales, sino un mayor desarrollo intelectual  (Agencia EFE, 2001). En  otros casos, como el Síndrome de Down, el niño presenta un bajo  desarrollo intelectual general (G), pero es posible mejorar sus  capacidades mediante una educación especial. 
Una mala nutrición  afecta el desarrollo biológico del niño y origina un Desarrollo  Intelectual bajo, aunque existe la posibilidad de mejorar el rendimiento  a través de una buena alimentación y en forma simultánea un programa  educativo diseñado para su nivelación. 
Con relación al sexo, no  hay diferencias generales sobre los niveles de inteligencia, pero sí en  algunos aspectos específicos, como la capacidad verbal en las mujeres y  la capacidad espacial en los hombres. Sin embargo, las diferencias son  mínimas y habría que preguntarse si son resultado del género o del  entorno social que establece roles para hombres y mujeres, lo que  conlleva al desarrollo de habilidades diferentes. 
En los aspectos  señalados líneas arriba, se confirma que el ambiente permite a un niño  incrementar su desarrollo intelectual. Por el contrario, un ambiente sin  estímulos adecuados origina un estancamiento en el niño y no le permite  un desarrollo adecuado. 
Pero, como alcanzar un adecuado ambiente  para el Desarrollo Intelectual en un país como el Perú, ubicado en el  puesto 82 entre 173 países en el Índice de Desarrollo Humano de las  Naciones Unidas, con un 49 % de la población pobre, una tasa de  alfabetización de adultos del 68,8 %, un índice neto de matrícula  secundaria de 61 %, un 8 % de niños de hasta cinco años con insuficiente  peso y un 13 % de población total desnutrida. 
Se concluye  entonces, que el Desarrollo Intelectual está muy relacionado con el  Desarrollo Humano, definido como el proceso mediante el cual se amplían  las oportunidades de las personas aumentando sus funciones y capacidades  (PNUD, 2002). Al no contar con un mínimo de oportunidades, conseguir un  Desarrollo Intelectual adecuado para todos será una quimera. 
4.5.4.  Inteligencia y creatividad 
Inteligencia  y  creatividad, la relación entre ellos y la mentira de que a mayor inteligencia se es más creativo. 
La inteligencia, si bien es un proveedor de innumerables ventajas a la  hora de formular soluciones sobre problemas, comparada con la  creatividad es bien diferente. Una persona es más creativa si utiliza su  cabeza guiada de cierta forma, en cambio la inteligencia parece algo  más innato (ya se, se puede desarrollar, pero no tanto).  Es posible  hacer una analogía entre los automóviles y estas dos cualidades del ser  humano. Supongamos que la creatividad es la forma en la que conducimos  un auto y la inteligencia es la velocidad que este desarrolla. No por  tener una Ferrari se conduce mejor, sino que puede darse lo contrario.  Aquel que no puede desarrollar demasiada velocidad en su auto conduce  mejor por tener que hacerlo mas despacio, con lo que tiene mayor  posibilidad de atender a las señales de tránsito y posee mayor tiempo de  respuesta ante situaciones inesperadas. En cambio, el que conduce mas  rápidamente tiene en su contra varias cosas. Claro, el Ferrari tiene  mayor tecnología y esta asiste al conductor, por lo que manejando a una  velocidad razonable este podrá tener un desempeño superior. 
Las  personas que gozan de una alta inteligencia por lo general, no siempre,  pero por lo general, tienden a resolver los problemas más rápidamente.  Esto, puede hacer que su solución no sea tan creativa comparada con la  de una persona con inteligencia media que se toma su tiempo, y utiliza  varias técnicas para formular respuestas creativas. Esta es la ventaja  que tenemos cuando hablamos de creatividad frente a inteligencia: se  puede desarrollar fácilmente, es mas, tan fácilmente como seguir ciertas  técnicas que no dejan de ser pequeños manuales paso a paso. 
4.5.5. Desarrollo de habilidades del pensamiento  
El  desarrollo de habilidades tiene además, como nota característica, la  posibilidad de transferencia en el sentido en que una habilidad no se  desarrolla para un momento o acción determinados, sino que se convierte  en una cualidad, en una forma de respuesta aplicable a múltiples  situaciones que comparten esencialmente la misma naturaleza; de allí que  se hable de que las habilidades desarrolladas por un individuo   configuran una forma peculiar de resolver tareas o resolver problemas en  áreas de actividad determinadas.  
La habilidad, en cualquiera  de sus grados de desarrollo, se manifiesta en la ejecución del tipo de  desempeños a los que dicha habilidad está referida; en otras palabras,  las habilidades son constructos que se asocian a la realización de  determinadas acciones que puede ejecutar el sujeto hábil; de allí que  frecuentemente se utilicen de manera indistinta las expresiones  "desarrollo de competencias" y "desarrollo de habilidades".  
Sin  embargo, conviene precisar que alcanzar cierto nivel de competencia en  un desempeño supone necesariamente el desarrollo de la o las habilidades  que lo sustentan; como se ha expresado antes, las competencias son  evidencia o manifestación de habilidades desarrolladas, pero no  constituyen la habilidad en sí. Una tarea importante de los estudiosos  del desarrollo de habilidades es, por lo tanto, la especificación de las  acciones o desempeños eficientes que son característicos de sucesivos  niveles o logros en el desarrollo de cierta habilidad.  
Es  posible hablar de una gran variedad de habilidades: para argumentar  lógicamente, para expresar con orden las ideas, para pensar  relacionalmente, para simbolizar situaciones, para realizar síntesis,  para detectar situaciones problemáticas, para recuperar experiencias,  para manejar herramientas tecnológicas de determinado tipo, etcétera;   en todos los casos, la habilidad en cuestión puede describirse en  términos de los desempeños que puede tener  el sujeto que la ha  desarrollado. 
El desarrollo de habilidades como objetivo de los  procesos educativos demanda entonces no sólo claridad en la  conceptualización de las habilidades que se pretende desarrollar, sino  también precisión en los desempeños que se considerarán como  manifestación de cierto nivel de desarrollo, y sobre todo, la plena  conciencia de que no es lo mismo proponer el dominio de contenidos que  generar experiencias facilitadoras del desarrollo de habilidades. 
EQUIPO: Lopez Moreno Cesar Adrian, Correa Catalan Alejandro, Castro Locia Diana Grisel, De La Cruz Molina Alejandro y Salgado Nájera Karen Gisselle
compañeros este tema es demasiado importante en nuestra materia, pero sobre todo en nuestra propia vida ya que de ahi dependen nuestra capacidad de comprender nuestro aprendizaje, ya que como lo menciona Howard incluye diferentes capacidades tanto físicas como mentales.
ResponderEliminarCOMENTO: SALGADO NAJERA KAREN
hola compañeros
ResponderEliminarpasando a dejar mi comentario
exelente tema
muy buena publicacion
falto algo de imagenes
pero es lo de menos
esta teoria es un modelo propuesto por Howard Gardner en el que la inteligencia no es vista como algo unitario creo yo
luis gilberto rios aguilar
3°E
Hola a todos!!!
ResponderEliminarPara mi un tema interesante e importante ya que las inteligencias multiples son indispensables para nuestra vida y es de suma importancia conocer acerca de estas........
YATZIRI BAUTISTA MOLINA
hola compañeros
ResponderEliminarprimero en la lista
muy buena publicación
falto algunas imágenes
para que se hubiera mas bien
un tema bastante interesante
en fin
luis gilbeeto rios aguilar
3°e
Hola es un tema muy interesante pero no pusieron referencias biblioograficas. esto le da más validez a su trabajo.
ResponderEliminarexelente aporte
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